martes, 3 de junio de 2014

El Cajasol se despide con honor ante Valencia (87-84)

El baby milagro de Don Alejandro


Nadie daba un duro por esta panda de chavales imberbes. Y menos cuando un Valladolid deshuciado les mandó a darse un baño en el Pisuerga. Pero este Cajasol rebosa un talento a raudales que supo administrar un maestro con mil partidos ACB a sus espaldas. Tanto que ayer, ante el coloso Valencia, estuvo a un triple de obrar la enésima gesta de esta plantilla.  



Foto: Cajasol
El Cajasol de Aíto,... y de Ocampo y de Satoransky, Porzingis, Sastre -ay, qué pena estas lesiones- Bamforth, Mata, Landry, Balvin, Willy, Burjanadze, Urtasun,... todos ellos, incluido el bueno de Latavious Williams, cuya grave lesión se entendió, hace unos meses, como la puntilla para el equipo. Pero esta panda, que ha deslumbrado el universo ABC -tirón de orejas a algunos, que descubrieron a estas joyitas en un partido épico contra el todopoderoso Real Madrid-, ha demostrado que está hecha de otra pasta.

Excelsa la temporada del conjunto sevillano, que partía de la premisa de salvar las casi tres décadas del Cajasol en la máxima competición -una empresa que, a priori, se antojaba complicada-. Pero a base de triunfos con descaro y desparpajo, ha madurado un proyecto de equipo, capaz en su segunda temporada colarse en unos Play Off por el título, sellar el pase a una competición europea que hizo soñar a los cajistas en tiempos no tan pasados (Eurocup) y, como epílogo, poner contrar las cuerdas, con un baloncesto muchos quilates y de muchas jugadas KIA, a un Valencia Basket que está llamado a ser la tercera vía para el título liguero, con permiso de madrileños y catalanes.

Foto: Cajasol
Hoy han sido recibidos por medio centenar de aficionados en la estación de Santa Justa. Cinco horas antes llegó el autobús con medio centenar de aficionados -muchos de ellos de la Peña La Keka- que se pegaron la auténtica paliza de ver un sueño casi cumplido. Sí, porque de haber entrado el triple postrero sobre la bocina de Scott Bamforth -tiró del centro del campo y tocó en el aro- se habría forzado la prórroga. Y esto no era liga regular, donde se forzó el tiempo extra, sino el play off. Y los fantasmas de Valencia eran grandes y se veía en la cara de los más de 8.200 taronjas que llenaron la Fonteta.

Los chicos de Aíto tutearon a todo un campeón de la Eurocup y segundo clasificado de la fase regular, que se agarró a su acierto desde el triple (13 de 26 para un 50%) y a la calidad de Lafayette para amarrar ya al final un choque en el que nunca estuvo cómodo. Así lo narra la web del club, a lo que sólo queda por añadir que ese descaro está en el ADN de esta plantilla. El mismo que permitió sorprender por partida doble a todo un Joventut, a un CAI Zaragoza e incluso pasar por encima de Baskonia en un San Pablo que ojalá se llene un poco más. Un poco más, no pedimos tanto. Y eso sin contar que, perdiendo o ganando, salvo alguna derrota tan sonrojante como expcecional, siempre ha plantado cara y dando espectáculo.

Foto: Cajasol.
De ello, del espectáculo tiene mucho que ver un Tomas Satoransky que ayer firmó unas estadísticas que no se veían en Play Off por un jugador cajista desde los tiempos de Mike Anderson: 17 puntos, 2 rebotes y 11 asistencias para un 25 de valoración. No estuvo solo, ya que en el balance ofensivo le siguieron el juego bajo los tableros de Willy Hernangómez (14+5), los mates de Porzingis (9+7), la manita -algo menos contundente que el segundo partido- de Landry (16+3+2) o de Bamforth (17+5+4), los tapones e intimidación de Balvin y la dirección de Radicevic…todo el Cajasol dio la cara, demostrando que su evolución no es flor de un día, sino el premio al trabajo de unos jóvenes que han dejado muy alto el pabellón del Cajasol y de la ciudad de Sevilla. El resultado final, 87-84, ya no importa a nadie. Los que vivimos este último partido -algunos tuvimos oportunidad de narrarlo en Radio Giralda-, lo tienen grabado a fuego. Pasará a la historia y, con cada día que pase, con un tono más de épica. Los que no, ya saben, no pierdan más el tiempo y vayan a San Pablo a ver a estos chicos talentosos. No se detengan en si Aito sigue o no, en el adiós seguro de Satoransky, en los cantos de sirena sobre Porzingis o cuántas novias le saldrá al otrora desconocido Marcus Landry. Olvídense y apúntense al espectáculo en 2014, porque estos chicos no os van a defraudar. 

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