¡Qué fatiguitas para ganar un partido!
Hay que ver lo que cuesta ganar un partido. Sea la inactividad, la caraja del tercer cuarto o simplemente la costumbre, el CB ANRES le gusta jugar al filo de la navaja. También ayuda que al otro lado tenga un rival que apretara las tuercas hasta el minuto 40, pero eso no es excusa para no haber resuelto un partido que hasta mediado el segundo cuarto parecía medio resuelto.
Y es que el primer choque oficial contra Isbilya comenzó frenético. Con un Kiko gigante, el conjunto azurillo tomó la directa con un parcial de 0-5 y, seguidamente, amplió la distancia hasta marcar un final de cuarto en la misma barrera psicológica de los diez puntos de distancia (4-14). Se las prometía muy felices los anresistas cuando, tras ocho puntos seguidos de Jota -es como la Bomba Navarro, cuando se calienta no hay quien lo pare- se alcanzó la máxima distancia del choque. Pero, sea por el físico de algunos, la imprecisión en los pases de todos o la mala colocación de los pivots en momentos clave, hizo que la inspiración se esfumara por completo. En cambio, el capitán del Isbilya, Rodríguez, empezaba a ver aro con facilitad. Menos mal de un triple de Marcos evitó que el partido se igualara al descanso (15-24).
Pero era inevitable. La dinámica había cambiado y la distancia se acortaba hasta que llegaron a colocarse a cinco mediado el tercer cuarto, salvado in extremis por una falta en el último segundo que permitió mantener algo de oxígeno con los tiros libres (24-31). Pero la botella del aire acabó con cuatro contrataques llegados de nuevas imprecisiones y, a falta de seis minutos para el final, Isbilya se ponía por delante por primera vez en el partido (33-31). Ahí llegó algo que ha fallado desde hace tiempo en el CB ANRES: el acierto desde el tiro libre. Un cuatro de cuatro de Borja e Iñaki dejó una tímida ventaja de tres puntos a falta de un minuto. Tras volver a empatar el choque con un triple, llegaría las jugadas decisivas: Isbilya falló en un contrataque y el ANRES volvió a anotar dos tiros libres, el último a falta de tres segundos y sin poder de reacción (38-40).
La lectura positiva: después de tantas semanas sin jugar, se ganó y bien. En defensa en estático se cerró bien y en ataque hubo momentos de acierto. La mala es que todavía queda mucho por mejorar. Sólo hay que esperar que tras la Feria el equipo esté más fino y pueda hacer frente a unos Chamacos Chingones que sabemos que nos la van a hacer pasar canutas. Fijo.
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