
La grada lamenta tu marcha y tu rescisión de contrato porque, más allá de los números -que han sorprendido a los que decían que estabas acabado-, tu sola presencia en la cancha, como la de otro que se va, el fiera Tariq Kirksay, insuflaba al equipo sevillano ese espíritu ganador del que adolecía desde que llegó hace más de 20 años a la ACB y que sólo mostró en dos chispazos de hace ya años, donde otros como tú (Anderson, Turner,...) dejaron su sello en Sevilla.
Lo dicho, Sir Bullock, ha sido un placer y le deseo suerte en su nueva andadura, al igual que a Katelynas, aunque sólo usted se haya ganado el privilegio de esta carta. Ahora, Plaza tiene un nuevo cometido: sortear la alargada sombra de Sweet Lou. Que tengas suerte, Joan.
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