domingo, 21 de abril de 2013

La plantilla del CB Anres se dio cita en la Feria

El flamenquín de la caseta, plato estrella de la Feria de Abril.

La conjura del flamenquín

¿Qué pasa cuando conviertes una caseta de Feria en una cancha? Pues que todo es un disparate. El Anres se dio cita en el Real y se topó, con exjugadores, amigos, rivales,... y hasta un colegiado.     


El CB Anres no es muy dado a los bailoteos. Ya se ve, con el trote cochinero de muchos de sus jugadores que, tras años de batalla, se arrastran por las canchas. Con mucha clase, pero se arrastran. Será por ese espíritu poco feriante que, cada año que había quedada en el Real, no acudía ni el Tato. Hasta una vez nos okuparon la Kedada: no hubo ni un anresista y toda la plantilla de Papachanka. Las tornas cambiaron este año con un juramento, impreso en ese hiperactivo Whatssap que une a toda la plantilla. Se podría llamar la conjura del flamenquín: casero, inmenso, simbólico y plato estrella de la caseta que nos recibió,
Mensaje explícito a Alberto

Simón, Marcos, Manolín e Iñaki -estos dos últimos con sus mujeres- se dieron cita en Gitanillo de Triana, en esa esquina donde se combina las sevillanas más ilustres de las casetas pequeñas con la 'discoteca' de la caseta de la Policía Nacional, capaz de pasar del Gangnan Style a una canción de Raphael. Lo primero fue entrar y hacernos una foto dedicada a nuestro baby Alberto. Una dedicatoria tal vez demasiado explícita,...

Brindis del capitán
A partir de ahí, nos zambullimos en rebujito y en viandas como flamenquines, nazarenitos, papas bravas,... Y aparecieron los actores. La caseta parecía una sede más del Instituto Municipal de Deportes (IMD). Antes de la propia quedada del Martes de Feria, se plantó un exanresista de los pies a la cabeza como Adolfo, de esos que sólo tienen buenas palabras de su paso por este club. También estuvo Isaac, que se trajo consigo algún loco lemonero y a un base, estrella en el Náutico de antaño, que ahora está en tierras madrileñas: el Chino, al que, por cierto, le intentamos echar el lazo por si algún día regresa a la capital hispalense. Hasta días después apareció nuestro colega Kiko Lao.

Simón y su nazarenito
Pero la aparición más sorprendente llegó ya de noche. Cuando ya estábamos entonadillos, vimos la fugaz imagen de un hombre ataviado con chaqueta y pajarita. Como si fuera la pelicula 300, se hincharon las venas del cuello, los ojos rojos y prácticamente soltando espuma por la boca a la par de un solo grito: "¡ISBILYA, ISBILYA, ISBILYA!". Efectivamente, ahí estaba, en la caseta, el base de Isbilya con su pareja. Con risa algo malévola, nos colocamos por detrás, le tocamos con la punta de los dedos la espalda y le susurramos: "Está usted en territorio Anres y lleva ya tres segundos en zona". Tras la primera sorpresa, departimos un poco y charlamos. Sólo nos quedó brindar para el 16 de mayo, tras nuestro partido de Liga de Distrito.

Linga, cervezeando
Pero si había algún problemas, no pasaba nada. También teníamos un árbitro -de los buena gente- que estaba con sus amigos en la caseta improvisada del basket sevillano. Con él departimos de los peores arbitrajes sufridos por el CB Anres en su historia, pero con una sonrisa en los labios. Desde aquel choque en el que un colegiado mandó repetir dos veces un tiro libre por los gritos de la afición, o aquel día que Bienvenido nos cascó cuatro técnicas seguidas -juramos que no hubo sangre ni agresiones, eh-. Todo entre risas y un buen ambiente que continuó hasta prácticamente las cuatro de la mañana.



No hay comentarios:

Publicar un comentario