miércoles, 20 de noviembre de 2013

Crónica del CB Anres 44 - Vacas Sagradas 34

Linga y el laberinto de la minivaca


El Anres es un alma que deambula por las canchas de distrito, pero en su génesis siempre está presto a resucitar. Lo hizo en su torneo preferido, la Copa, mostrando su mejor versión y ante un viejo conocido que está en la Olimpo del IMD que se nos atragantó en los últimos duelos: Vacas Sagradas.    


Linga resolvió el partido en plena locura vacuna.
Cuenta la mitología del IMD que había un monstruo que arrasaba en las canchas de Sevilla: mitad hombre y mitad vaca, destruía a todo rival que acechaba a su paso. Se autodenominaban Vacas Sagradas, con una capacidad innata de convertir su defensa y su presión en un laberinto para los conjuntos que osaban rebatir su hegemonía allá por el Distrito Este -sin olvidar sus conquistas en otros distritos en los tiempos de antes del Anres-.

Los anresistas osaron e incluso en alguna ocasión mantuvieron el pulso a la batalla con gladiadores como Luis, Jose Mari, Juanma, Edu y otros tantos talentos de la prolífica guardia vacuna. Incluso le arrebataron un título, una Copa de Primavera de hace tantos años... Pero el CB Anres es un dios menor, un patán en el Olimpo y, mientras Vacas Sagradas crecía y cosechaba éxitos sin parar -ascensos, puestos de honor en Segunda,...-, el club de Andalucía Residencial caía en el ostracismo.

Pero esa situación cambió el domingo. Aunque sea un día. El nuevo formato de Copa ha permitido que estos dos clubes se volvieran a ver las caras y con casi todas sus piezas en el tablero. A Vacas Sagradas le faltaba Galiano, pero el CB Anres tampoco podía contar con su fichaje estrella, Christian, que todavía no ha obtenido el alta federativa (¿y eso qué es?), Blanco, Adri y Ale Rocha.

El partido arrancó con un tortazo de realidad. Los vacunos parecían tocados por los Hados, metiendo casi todo lo que tiraban, sobre todo de 6,25. Tan claro como que meter 16 puntos en un primer cuarto a reloj parado con una defensa medio qué es una empresa prácticamente imposible en el IMD. El CB Anres no lo hacía mal del todo y recurría al juego interior y algún tiro de media larga distancia. Pero la desventaja era clara: 5 abajo.

No se jugaba mal, pero el martillo pilón de nuestros rivales era tremendo. Sólo confiábamos en que ese caudal ofensivo se fuera al garete en algún momento. Y así fue. Retoques defensivos y un bajonazo en los porcentajes de aciertos de cara al aro fueron fundamentales para volver al partido al descanso (20-19) e incluso estar comandando el tercer cuarto. Entretanto, el árbitro se marcaba ciertas sorpresa, como pitar un pasivo, lo cual nos sorprendió a ambos clubes a la par que agradecimos.

Llegó el último cuarto y la ventaja seguía en la mano anresista, aunque ya sabemos de experiencias de batacazos brutales, sobre todo ante unas Vacas Sagradas que se las saben todas. Y aquí llega la parte de mitología. Una cosa que, cuando los anresistas contemos a nuestros nietos, nos dirán un "te quieiyá". Los vacunos, cansados de no poder anotar con sus interiores ni media distancia, se la jugó a una carta: el triple esquinado. Sorprendentemente no fallaron mucho, pero le faltó una parte de la ecuación: frenar el ataque anresista. Sin que sirva de precedente, el equipo lo hizo fácil: mover, jugar y anotar en posiciones cómodas. No se sabe si es por la amenaza de la hucha de los airballs o porque, ya a la vejez, hemos aprendido a jugar. Si, nietos del futuro, jugábamos al BA-LON-CES-... ya no me acuerdo como sigue. Y, lo mejor de todo: emergió la figura de un héroe de la mitología moderna. Don Linga, ese tipo escuchimirriado capaz de mostrar la misma cara sea tomando un Colacao o presentando un spot de compresas con alas, se salió el pasado domingo. Fue capaz de anotar ocho puntos seguidos en apenas dos minutos en plena locura vacuna y coronarse como MVP del partido (si, lo han leido bien), con permiso de Jose Mari de Vacas. Clave para la victoria y clave para desbancar a este rival directo en la lucha por el campeonato.

El resultado (44-34) es clave para seguir en la brecha y, lo que es mejor, colocarse en la cabeza de la tabla como el único invicto de la competición tras el tropiezo de Villaverde Basket ante Ingenieros. Ahora toca demostrar que el buen trabajo ante Vacas no  ha sido flor de un día. PRÓXIMO DESTINO: Hytasa y Orlando Papas.   

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