El CB ANRES se enfrenta a los elementos. Si hace una semana fueron las heladas, ahora toca el madrugón. Sí, porque a las nueve de la mañana del domingo ya habrá volado el balón para el salto entre dos en medio de la cancha y habrá comenzado el encuentro que nos enfrentará antes Los Humildes, que hacen honor a su nombre porque, entre otras cuestiones, aguantan este horario infernal un domingo sí y otro no. El partido recuerda que, con la excepción hecha del partido aplazado con los Chamacos Chingones, ya empieza la segunda vuelta de la competición y los números de este equipo no transmiten ni frío ni calor: no en vano, está justo en la mitad de la tabla de clasificación.
El choque de mañana puede ser el comienzo para mirar un poquito hacia arriba, sólo un poco y con humildad. Y hablo de humildad porque seguramente nadie se acuerde del debut liguero, que se ganó al rival de este domingo por 21 puntos, pero que no se resolvió hasta que, en el tercer cuarto, un minuto mágico con un parcial de 9-0 puso brecha en el tanteo. Por eso hay que ponerse el mono de trabajo y, por supuesto, el despertador. No nos durmamos en los laureles.
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