El demonio se apoderó del Anres
Era miércoles y no de ceniza, sino de calor intenso y sofocante. Y Dios envió a un equipo puro, sin pecado, virginal y azurillo, a luchar contra el equipo traído del mismo infierno, los Devils Rockets. Parecía que los cielos retumbarían ,la tierra encogería ante tal magnitud del evento,y el demonio ganó esta primera batalla, que no la guerra . ¡Que moskeo tiene Dios!
Comenzaron las hostilidades y los apóstoles salieron un poco dormidos, pero logramos despertar y el primer cuarto fue un toma y daca entre ambos equipos. Sus pivots echaban fuego por la boca, eran mas altos, pero lo contrarrestábamos con un poquito de agua bendita y defensa. Nos sorprendían con tiros exteriores, pero aguantábamos el tipo ,el cuarto acabo 21-17 para los Devils.
El segundo cuarto fue mas de lo mismo. Devils parecía un
martillo pilón desde abajo en la zona y con tiros exteriores cómodos. Nuestros pivots sufrían en sus propias carnes el fuego abrasador
de los diablos y el árbitro, que también permitía alguna que otra quemadura de
tercer grado en nuestras carnes. El agua bendita se iba evaporando poco a poco y eso se notaba en el marcado: 42-33 al descanso.
Llegó el tercer cuarto y apareció otro demonio con unas singulares rastas. Tiraba , reboteaba y encestaba como el mismo diablo. ¡Joder con el
infierno! ¡Vaya tela! No nos dejaban ni respirar y fallábamos mucho abajo. El
cansancio empezó a hacer de las suyas en el CB Anres y los Devils pegaron un
pequeño estirón y se fueron de 15 puntos al acabar el tercer cuarto. Nos encomendábamos al santísimo y rogábamos por nuestras almas para que tuviéramos
fuerzas para el ultimo cuarto.
Nuestras plegarias tuvieron una tímida respuesta, pero se
diluyo como el azucarillo en el café. A medida que el cuarto avanzaba, el
cansancio hacia mas mella en los anresistas. Los Devils aumentaban su ventaja y
finiquitaban un partido caliente. Como en las sagradas escrituras, hubo momento de enfrentamiento entre hermanos, con reproches claros. Pero pronto se arregló. Lo mejor, que nuestro apóstol Alberto se lanzo un cuenco de agua bendita a modo de gancho desde la línea de tres provocando un airball
espectacular, que hasta el Santo Padre se echo las manos a la cabeza y casi lo
excomulga, como a Kiko y su eficacia desde la línea de personal. No estaba contento nuestro jefe con el resultado 87-60 para
los discípulos del diablo.
Caballeros nos queda este ultimo partido contra CBIA II. Sé que llevamos sin entrenar desde que Moisés abrió de par en par los mares y eso se nota. Por eso, vamos a divertirnos en este ultimo
partido y a pasarlo bien. Además tenemos que dedicar la victoria a Moyete y Marcos, sin olvidar un gran pospartido.
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